Acaba de ser lanzado oficialmente Windows
8, abriendo un nuevo mercado para que Microsoft entre con fuerza al
nicho de las tabletas y dispositivos con pantalla tácil, gracias a la
interfaz de usuario Modern UI. Pero uno de los escollos que tendrá que
sortear el nuevo sistema operativo es la aún fuerte presencia de Windows
XP, uno de sus antecesores más exitosos y el que según los últimos
datos entregados por StatCounter, correspondientes a los doce meses
desde septiembre de 2011 al mismo período de 2012, aún sigue fuerte en
la industria.
Porque la cuota de mercado de Windows XP
alcanza el 33,53%, sobrepasado únicamente por Windows 7 y su 46,04%,
dejando muy por detrás a otros sistemas operativos como OS X de Apple o
Windows Vista. Los analistas explican que Windows XP sigue gozando de
gran popularidad gracias al activo soporte que Microsoft aún le da a la
plataforma, la que funciona veloz y fácilmente para cubrir las
necesidades de un segmento de clientes que es reacio a los cambios: el
área empresarial.
Es precisamente este punto el que debiera
provocar, a lo menos, incertidumbre dentro de Microsoft, ya que al estar
Windows 8 tan enfocado en los consumidores generales de hogar y
aparatos móviles, las empresas no encontrarían motivo alguno para dejar
de usar Windows XP. A lo sumo, una actualización conveniente podría
haber sido la de aquellos que ya se cambiaron a Windows 7, quizás
posicionando a este sistema como el nuevo Windows XP y dejando a Windows 8 en un segmento aparte de la población, a la que sí le sea útil la interfaz táctil Modern UI.
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